domingo, 29 de enero de 2017

¿Como introducir la clase invertida?



Se ha propuesto el caso de que debo de introducir a mis alumnos una nueva metodología de enseñanza, la clase invertida. Se nos incita a realizar una nota de audio para introducir a los estudiantes en las TICs; pero yo me he decantado por un soporte audiovisual que es sin duda un recurso muy efectivo y que logra grandes resultados. Espero que les guste el vídeo. Un abrazo. 



viernes, 13 de enero de 2017

COMPARANDO MODELOS EDUCATIVOS

Buenos días, tardes y noches a todos mis compañeros. Muchas gracias por acudir a mi post y muchas gracias a aquellos que lo evaluarán. Agradezco de antemano su esfuerzo y sus ganas de compartir, aprender y debatir ideas sobre un tema tan importante y sensible que son los métodos educativos.

Me gustaría hacer una introducción antes de realizar la tarea del módulo dos. Es importante para mí explicar mi situación y mi concepción sobre la educación, ya que es una concepción un tanto diferente a la que suele tenerse. Yo estudié la carrera de magisterio, y sin embargo nunca ejercí como maestra. Ahora vivo en Inglaterra y muchos se llevan las manos a la cabeza cuando digo que me niego a ser profesora de Español en un instituto. Para mi el sistema actual se confronta con mis ideales educativos, que anteponen la libertad de elegir del alumno,la intervención escasa o prácticamente nula del profesor y el respeto a todas las personas y decisiones por igual. Y es difícil, porque yo misma tuve que luchar y defender mis principios a la vez que se oprimía a seguir la línea de pensamiento impuesta por mis profesores de carrera y mis tutores de prácticas. No les guardo rencor a ninguno, ya que se que hicieron lo que ellos pensaron que era correcto, pero a mi punto de vista no lo es.


Cuando en esta actividad se plantea la pregunta “¿qué hice siempre en mi clase al derecho?”, siento que esta actividad no está adecuada a mi. Ya no solo porque nunca ejercí la profesión, sino porque desde el minuto uno luché por no caer en la treta de la clase “al derecho” y las veces que lo hice fue porque, al fin y al cabo, era una estudiante en práctica que seguía órdenes y debía realizar la tarea sin rechistar. Mis ideales a cambio de un suspenso no valían la pena.


También debo reconocer que la metodología de clase invertida es un concepto innovador y que alienta a los docentes a centrarse en el alumno y su producto. Es una idea buena y espero que muchos compañeros tomen muchas ideas positivas que implementar en sus lecciones y proyectos. Aunque, personalmente, esta metodología se me queda corta y no identifica para nada mi “estilo docente” (si es que pueda tener uno). La idea de impartir una clase con unos horarios inflexibles, entre cuatro paredes y con unos proyectos fijos que no se adapten a cada uno de mis alumnos me desagrada. También está el tema de la evaluación, que sigue siendo muy parecida a la del sistema tradicional.


Así que, después de esta larga introducción, planteo realizar la tarea 1 adaptada a mi situación. Analizaré los interrogantes propuestos en el módulo, pero reformulando las preguntas:


¿Qué hice en mi clase “al derecho”? → ¿Cómo actuaría usando el modelo “al derecho”?
¿Qué puedo hacer en mi clase “al revés”? → ¿Qué puedo hacer en una clase “al revés”?


Además, me gustaría ir un paso más allá y añadir una pregunta más. Un interrogante que refleje mi actual concepción de la educación adecuada que propondría e impartía en en centro escolar a mis propios alumnos, desde 3 hasta 16 años: ¿Cómo me gustaría que fuera mi clase “libre”?

Y a continuación, les dejo con la tabla comparativa de todos los modelos.


AL DERECHO”
AL REVÉS”
LIBRE”

- El inicio de la lección empieza en el aula y termina en casa.






- Introduzco los contenidos en el aula, a través de una lectura y anuncio de lo que se va a impartir.




- Hago uso de los recursos que me ofrece el libro de texto y el centro docente.





- Los recursos de la clase general son los mismos para todos. El alumnado con necesidades especiales tienen sus propios recursos.






- Uso la bibliografía disponible en el centro escolar.  







- La evaluación contempla el resultado del exámen, la realización de las tareas y la actitud en clase del alumno.




- A la hora de evaluar, impongo objetivos que, si el alumno no alcanza, se le resta puntos a su nota.




- Los trabajos en grupo son escasos y se realizan dentro del aula y durante un corto espacio de tiempo.





- A la hora de evaluar el grupo, hago el conjunto. A través de autoevaluaciones puedo conocer, más o menos, la aportación individual de cada uno.







- Conozco la forma de trabajar de cada alumno, pero es difícil cuando trabajan en grupo.







- Fuera del aula, el alumno realiza actividades y ejercicios para afianzar el conocimiento y contenidos impartidos en clase







- Las actividades son propuestas por el libro de texto, y algunas de ellas son propuestas y creadas por mi. Suelen ser actividades cortas.






- Yo soy la figura principal durante la clase y puedo intervenir en cuánto cree que es necesario. Soy un director.




- Espero de mis alumnos que alcancen los objetivos impuestos en el curriculum.

- El inicio de la lección empieza fuera del aula y termina en el aula.




- Introduzco los contenidos fuera del aula a través de las TICs, a través de cuestiones y propuestas que motiven al alumno.




- No solo hago uso de los recursos del libro y el centro, sino de las TICs.





- Los recursos son parecidos, pero ofrezco alternativas a aquellos alumnos que necesitan apollo, ya que las sesiones en el aula sirven para resolver sus dudas y mi tarea de ayudarles puede ser más efectiva.




- Tengo acceso a una amplia lista de recursos y documentos en la red.





- La evaluación consta de un exámen, unas tareas teóricas, unos proyectos prácticos y la actitud del alumno.



- A la hora de evaluar, propongo objetivos que si el alumno no alcanza se le resta puntos, pero puede sumar puntos gracias a las prácticas y actitud positiva.




- El contacto entre personas, intercambio de opiniones y conocimietos es posible gracias a las TICs, así que es posible proceder con proyectos grandes en grupo.


- A la hora de evaluar el grupo hago uso de autoevaluaciones y seguimientos. Gracias a las TICs es posible conocer acerca de la implicación de cada miembro del grupo.






- Conozco a cada uno de los alumnos y sus intereses, ya que se ven reflejados en los resultados, actitudes, comentarios dentro y fuera del aula.






- Fuera del aula, el alumno recibe una explicación de contenidos a través de las TICs. Depende de lo interesado que esté en el tema, hará una investigación exhaustiva de ello para solucionar todas las incógnitas durante la clase con el profesor.



- Las actividades son propuestas por mi, a través de la selección de recursos e ideas adecuadas a los contenidos. Las hay desde actividades cortas y teóricas hasta proyectos prácticos y duraderos.

- Yo soy una figura autoritaria, aunque mi función es proponer proyectos y ayudar al alumnado a conseguir sus objetivos. Soy un guía.




- Espero que mis alumnos adquieran destrezas y herramientas, sean personas críticas y compartan conocimientos a la par que cumplen los objetivos impuestos en el curriculum.


- La lección no tiene principio ni fin, no existe como tal.




- No hay introducción de contenidos. El alumno curioso no necesita de introducción a un tema que le interesa.




- Todo los recursos son válidos y el alumno debe elegir cuáles prefiere usar. Yo solo observo y me aseguro que son recursos que no dañan la integridad de nadie.



- Cada alumno tiene recursos diferentes que se adaptan a su situación, recursos elegidos por ellos mismos.







- Tengo acceso a muchos recursos y documentos, aunque los tomaré como ideas y procuraré adaptarlas a la mis alumnos.




- Todo es evaluable.





- A la hora de evaluar, si el alumno respeta a todos sus compañeros y maestros, está aprobado. Su interés, proyectos y trabajos personales, sean lo que sean, incrementarán la nota.



- Los alumnos deciden si trabajar en grupo o no, y con quienes hacerlo. Las personas son animales sociales y tienden a juntarse en grupo para realizar grandes proyectos. Yo respeto sus decisiones.



- A la hora de evaluar el grupo comprendes y analizan todos los pasos que han realizado cada individo hasta llegar al grupo. Al fin y al cabo, son los alumnos quienes deciden unirse en un proyecto común. El trabajo en grupo es más productivo que el individual, así que por naturaleza sumará más puntos.



- Conozco a cada uno de los alumnos de una forma completa, ya que les proporciono un entorno natural que no les obliga a actuar ante una autoridad o hacer cosas que no les interesan. El alumnado muestra sus intereses sin miedo, ya que no son juzgados.



-Fuera del aula, el alumno decide cómo gestionar su tiempo libre.







- Yo no propongo ninguna actividad ni proyecto. El alumno es quien tiene esa potestad, al igual forma, el derecho a no hacer nada.




- Yo soy una figura transparente, un guardia de los derechos de los alumnos. Hago presencia, pero me mantengo ausente y no intervengo sin el consentimiento de ellos. Soy un observador.


- No espero nada de mis alumnos, no hago ideas preconcebidas. Confío en sus capacidades y en sus ganas de aprender. El ser humano es curioso por naturaleza y se siente bien en constante aprendizaje. El curriculum está sobrevalorado. Ni yo ni el estado deciden qué aprender, lo eligen ellos.




lunes, 9 de enero de 2017

Recuerdo de una clase innovadora y mi METÁFORA VISUAL

A mis 23 años aun no he tenido la oportunidad de ejercer como maestra en un colegio. A diferencia de otros compañeros míos, con miles de anécdotas e historias, yo solo cuento con unas pocas realizadas durante las prácticas de mi carrera. Aun así, recuerdo que el último año tuve la gran oportunidad de vivir la experiencia de enseñar gracias a los fantásticos maestros de la escuela donde hice las prácticas, y especialmente a mi tutor, que me ofreció la asignatura de “Lengua castellana” al alumnado de 5º de primaria, de unos 10 años. Durante dos meses pude planificar y evaluar a los estudiantes, aunque debía seguir las directrices de mi tutor que, al igual que muchos otros, las regía el libro de texto. No soy consciente de si en Latinoamérica se usa la misma metodología, pero en España es muy frecuente usar el libro de texto como guía indudable del plan de estudio de los chavales. El libro es sagrado, se empieza por la unidad 1 y se sigue en orden. Nadie cuestiona al libro, incluso los padres lo alaban, ya que les resulta fácil de controlar. Pero a mi no me gustaba.

Y no solo no me gustaba a mí, sino que a mis alumnos tampoco. Era aburrido, monótono, carecía de estímulos, las actividades eran un tostón y los contenidos estaban aislados, separados entre sí y vacíos. Encima, el propio libro incluía sus exámenes prefabricados, exámenes que el tutor obligaba a hacer. Pero no había otra, así que me las ingenié para hacer las clases interesantes, como sortear el orden de las unidades, dramatizar las historias al mismo tiempo que las leíamos, realizar juegos en lugar de las actividades… fue una solución aceptada por todos.

Cada unidad del libro estaba dividida en cuatro secciones: lectura, gramática, vocabulario y creación y expocición de textos. Cual fue mi sorpresa que, al planificar la siguiente unidad a impartir, me encuentro con la sección de “creación y exposición del texto” más insulsa que había visto en mi vida. Trataba de los textos informativos, y no fui capaz de leer su descripción. Pensé: “si yo misma no he capaz de leer esto, ¿cómo voy a pretender que mis alumnos lo hagan?”. Me negué en completo a hacerles pasar por ese mal trago.

“¿Cuál es el propósito de esta sección?” me pregunté. Se suponía que enseñar a los alumnos lo que era un texto informativo y animarles a redactar uno. Pero sabía que no iban a ser capaces de ello, que los estudiantes más hábiles harían una redacción siguiendo el modelo del libro, los estudiantes más rezagados imitaría a los hábiles, algunos ni siquiera harían dicha redacción y que al final del día ninguno habría aprendido a identificar lo que es un texto informativo. La lección era un fracaso incluso antes de haberla impartido, y eso no lo podía consentir. Fue cuando cerré el libro y decidí crear mi propio método.

Mi “clase innovadora” no fue una sola lección sino un conjunto, ya que fue un proyecto de varios días. El primero, redacté y adapté diferentes noticias que les podían interesar a los niños y se las presenté. Las leyeron en grupo e intercambiaron opiniones. Luego hablamos sobre el contenido de las noticias y de cuál era el objetivo de aquellos textos. Es así como descubrieron que era un texto informativo. Luego les propuse el proyecto: que crearan su propio telediario. Las normas eran escasas, pero claras: hacer uso y exponer un texto informativo; grupos de al menos dos personas; hacer uso de todo lo que les venga en mente; respetar a todos y cada uno de sus compañeros. Cada grupo haría un telediario y sería grabado como si se tratase de uno real.

Todos mis alumnos me miraron con cara de incrédulos. Sabían que yo realizaba clases más dinámicas que otros profesores,pero este proyecto sonaba demasiado bien como para ser real. Fue entonces cuando surgieron las preguntas. ¿Podemos ser cinco personas en el grupo? Podéis ser todas las que queráis. ¿Qué noticias debemos poner? Las que queráis. ¿Me puedo inventar las noticias? Vosotros decidís. Poco a poco vi los ojos de los niños iluminarse, y surgieron nuevas preguntas, más atrevidas y creativas: ¿Podemos hacer un telediario deportivo? ¿Podemos disfrazarnos? ¿Hacer como que estamos en la escena de un crimen? ¿Hablar sobre belleza y maquillaje? Pusimos una fecha, todos estuvieron de acuerdo, y les dije que les dejaría tiempo en las siguientes lecciones de lengua castellana para que desarrollaran la idea. Podían hacerlo como quisieran, respetando a sus compañeros.
Desde el inicio los estudiantes tenían una hoja donde explicaba la actividad, con sus normas básicas, sus ideas claves y el sistema de evaluación que seguía. De esa forma eran conscientes de lo que querían hacer y conseguir. La rúbrica era sencilla, la evaluación era sobre 10 y creo recordar que era algo así:
  • Se ha representado el telediario = 5 puntos (aprobado).
  • Los textos expuestos son textos informativos = +1 punto
  • Se han expuesto más de una noticia por integrante del grupo =+1 punto
  • Los textos son originales, coherentes y bien redactados = +1 punto
  • Se hace uso de atrezo para ambientar el telediario = +1 punto
  • El alumno interpreta y dramatiza a un reportero = +1 punto

Habían dos evaluaciones, una grupal y otra individual. También, al finalizar la actividad, pedí a cada grupo que se evaluase a él y a sus compañeros de grupo, siguiendo una rúbrica sencilla en la que reflexionaban y escribían su opinión de su trabajo y de la actividad.  

Y listo, los alumnos empezaron a trabajar en ello, sin presionarles. Incluso los que solían abstenerse en las lecciones magistrales se implicaron. Los amigos y amigas hicieron grupos en los que se sentían cómodos y nunca me opuse a ninguna propuesta. Recuerdo además como unos padres vinieron a hablar especialmente conmigo, diciendome que sus hijos les pedían quedar entre ellos fuera de la escuela para realizar el telediario, y eso les resultaba molestos. Yo les expliqué que ellos tenían tiempo para hacerlo en clase, que con la simple exposición de textos ya estaban aprobados, pero querían dar lo mejor de sí y por eso hacían “horas extra”. A la hora de exponer y grabar tuvimos problemas por los horarios restrictivos, pero me sorprendió ver como mis alumnos y yo nos esforzamos todos para buscar espacios libres para que nadie se quedase sin exponer y grabar su telediario.

Durante todo el proceso, sentí a mis alumnos vivos. Pude ver sus facetas más puras, lo que a ellos les gustaba. Percibí como todos los niños, en especial los que solían ser ausentes en clase, se divertían mientras preparaban sus ideas: entrevistas a deportistas, noticias divertidas y humorísticas, niños que interpretaban los roles de políticos, famosos, músicos, que explicaban su situación, vestidos con traje y corbata, con copas de fútbol, bebés de juguete, mapas del tiempo, micrófonos… ¡fue una locura! Aunque, más locura fue pensar en lo que había conseguido. Lo que más me impactó y emocionó fue ver a mis alumnos libres, sin límites, sin grilletes que les condicionen.

El último paso de la actividad hubiese sido mostrarles los vídeos a mis alumnos y que fueran testigos de su trabajo. No tuve tiempo, mis prácticas finalizaron, pero sé que hubiese ayudado a muchos a tomar confianza de sí mismos. ¿El resultado? Todos aprobaron, y muchos sacaron sobresaliente. Y se que muchos se echarán las manos a la cabeza y cuestionarán lo poco exigente que fui con estos niños de 10 años, lo cuestionable que es aprobar a un alumno únicamente con la presentación de un trabajo. Yo, en cambio, veo niños, seres humanos sedientos de aprender, los cuales son obligados a sentarse en una silla por horas mientras buscan la forma de sobrevivir en la escuela. Con 10 años y en esa misma aula fui testigo del temprano absentismo escolar en más de 4 alumnos en una clase de 27 personas. Lo cuestionable es que algunos docentes no escuchen a sus alumnos, que ignoren sus gustos, sus situaciones y sus pasiones. Cuestionable es permitir que el sistema destroce a niños cuyo única obligación debería ser jugar, pero son machacados por no seguir unos estándares. La única exigencia que deberíamos darles es la de respetar y ser respetado. Lo demás viene solo.


viernes, 6 de enero de 2017

¡HOLA ARTISTAS!


¡Bienvenidos a mi blog! Me llamo Tànit y soy maestra de educación primaria y música. Nunca he ejercido como maestra pero siento una intensa necesidad de aprender nuevas técnicas y recursos alternativos a la escuela tradicional. Mi escasa experiencia enseñando a niños y adultos me basta para saber que el maestro debe aprender a retirarse de la tarima, convertirse en un observador y otorgarle el papel protagonista a su alumnado.

Actualmente resido en Reino Unido, donde he vivido un periodo de reflexión sobre el camino al que quiero dirigir mi estilo docente. Es por eso que planeo cursar un máster para especializarme en la educación libre.

Para mi las TICs son claves en el aprendizaje y han estado incluidas en muchos de mis proyectos. Es más, me gustaría poder garantizar a mi alumnado un gran abanico de herramientas para que desarrollen su creatividad a la par que sus habilidades: leer, escribir, dibujar, componer... Mi único "punto flaco" son las redes sociales, no porque no sepa usarlas, sino porque no me causan interés. Suelo estar muy desconectada de ellas y a menudo mantengo el anonimato en plataformas como Facebook y Twitter. Siento que hay otras más interesantes y productivas como los blogs.

¿Qué espero del curso "invirtiendo la clase" de Miriadax? Espero profundizar en el conocimiento de clase invertida y aprender nuevos recursos y técnicas para hacerla posible y viable a nivel práctico. Espero conocer otros docentes que compartan necesidad de realizar un cambio en el sistema y con los que compartir experiencias y opiniones. Espero nutrirme de actitudes y valores ante este nuevo modelo de plantear la educación en el aula. Espero añadir una piedrecita más al saco que acompaña mi viaje en busca de una garantizar a mis futuros alumnos una educación respetuosa, libre y sin límites.

Y por último, al preguntarme por un producto que identifique mi estilo docente, he decidido subir este pequeño gif. Es una animación hecha por mi, inspirada en esa pregunta. Soy una defensora de la creatividad, de la producción, de la acción; y como defensora de tal, trasmito mi pasión por la educación creando. He elegido titular al blog y a esta animación con el nombre de PÍNTAME, ya que quiero que todas las personas positivas dejen una manchita de color en mi alma. Y también porque quiero que los niños que sean mis futuros alumnos me enseñen a ser mejor profesora y persona con cada una de sus pinceladas.

Por último, les recomiendo este documental, que es también un referente de como me gustaría que mi fuera mi estilo docente en un futuro.



¡Un abrazo y una manchita de pintura para todos!